domingo, 29 de enero de 2012

Maldito síndrome del superhéroe.




Hace un momento, caminando hacia casa, sola, de noche, por un parque sin gente, me crucé con un tipo que huía agarrando un bolso de señora con las manos.

Primero pensé.. qué grosero por su parte que ni siquiera trate de disimular. Se mostró ante mí como un ladrón sin escrúpulos que roba a una pobre vieja.

Pero yo soy transparente para él. Le da igual que le sentencie desde dentro de mi gabardina de tela de juicio, sólo le importan los brazos de nena raquítica que la rellenan. Inofensivos para él.

Apenas unos segundos después me doy cuenta de que llevo encima todo mi equipo. ¿Qué pasaría si ese bolso fuera el mío? ¿Qué pasaría si me intenta robar la cámara un desconocido violento? Además estoy completamente afónica, y no sé kung fu..

Me imagino a mí misma sacando una pistola, diciendo: ¿A dónde vas, chavalito?, mientras arqueo una ceja, tal vez mordiendo un habano. O me imagino haciéndole una llave y dejándolo paralizado. O quizás apretando mucho los dientes hasta que crezco tres metros y me vuelvo un monstruo con tetas que lo humilla y hace justicia.

Pero todo eso es imaginación. En realidad soy una víctima fácil. Da igual lo tranquila y segura que me sienta, soy un pichón tonto que pasea un saco de euros.

3 comentarios:

  1. "Sacando...diciendo..mordiendo...haciéndole...dejándolo...apretando" Demasiado por centímetro lineal.

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