Siempre agradezco el efecto que tiene sobre mí la catarsis. De vez en cuando, involuntariamente, me marco un Ctrl+Alt+Supr mental, mi cerebro se apaga y se vuelve a encender un rato después con rendimiento mejorado.
Ojalá lo controlase yo, pero es como meter un gato en una bañera. Puedo intentarlo durante horas, pero si él no quiere no lo conseguiré. A veces se me olvida hasta dónde llegan mis capacidades y me descubro a mí misma peleándome con un gato invisible junto a una bañera vacía.
Pero eso no será hoy. Hoy mi cuerpo sólo arroja una sombra.
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