La imagen mental de colores cálidos y saturados que guardaba de mi niñez en aquel sitio, con árboles, gatitos y un columpio, no se adapta nada al montón de escombros, los desconchones y las malas hierbas que me encontré hoy.
Dicho esto, supongo que se entiende que me haya entrado la nostángela y haya empezado a meter en una bolsa todos los tesoros que iba encontrando que todavía estaban en buen estado. Una churrera, un parchís, un reloj de pared, una tetera, un espejo enorme redondo con el borde de plástico amarillo.. y las pipas del abuelo.
¿De verdad ibais a tirar las pipas del abuelo? Todas colgaditas alrededor de una caja de cuero con tapa que sirve para guardar el tabaco. Cuando era pequeña me gustaba mirarlas y colocarlas, incluso tenía una favorita.. esta misma que tengo delante. Aunque no sabía muy bien lo que era, sabía que no era para niños, y fantaseaba con alguna vez ser tan mayor y tan sabia como el abuelo para poder usarlas.
Ya en casa, me he puesto a revolver entre las cosas con las que mi sobrinos juegan buscando un limpiapipas. Llevo toda la vida usando estos chismes para cualquier cosa menos para limpiar pipas.
Voy a limpiar esta pipa y fumaré en ella (aunque todavía no sea tan mayor ni tan sabia) mientras pienso en mis abuelos que ya no están.
En los cuatro.. aunque hoy solo le haya robado a uno.
Muy bonito y emotivo. :-)
ResponderEliminarMe gusta la foto, pero joder, vaya texto :_)
ResponderEliminarMe acabas de hacer llorar... de buenos recuerdos, de nostángela, de pena por el hueco que dejaron y alegría por el tiempo que llenaron... ¡gracias!
ResponderEliminar(y no le robaste nada... ya no le hace falta, y te lo regala. Los abuelos son así)