miércoles, 13 de abril de 2016
Declaración de la renta
Iba a escribir encima de esta foto "estoy en celo", que era medio broma, medio verdad, medio "voy a precintarme las piernas para no volver a abrirlas y ahorrarme muchos problemas".
Pero no.
Yo creo que lo interesante de la creación no es la intención, ni el resultado en sí, sino el proceso que te lleva a él. Esa lucha, esa nada de la que escapar, ese miedo adictivo.
Por eso, aunque no tenga nada que ver con la intención original ni con el resultado final, es esa época del año y quiero hacer mi propia declaración de la renta.. de lo que me renta y de lo que no me renta.
Empezaré por lo malo, en plan estrategia del sándwich: bueno, malo, bueno. Así libero mala uva pero al final se queda uno con buen sabor de boca. Es una técnica que aprendí cuando era comercial.
Veamos:
No me rentan los embusteros.
No me rentan los ahoras que tienen muchos despueses.
No me renta enfadarme conmigo misma cada vez que alguien me falta al respeto.
No me renta que la gente sepa lo que pienso de verdad.
No me renta no saber dar puñetazos a lo Daredevil.
No me rento yo.
Me renta enrollarme en celo desde los pies, darme cuenta a media faena de que olvidé quitarme las bragas y decidir arrancármelas.
Me renta ir dando después saltitos ridículos por la casa hasta que consigo encontrar unas tijeras.
Me renta el olor a celo barato "made in China".
Me renta pasarme un buen rato preguntándome si China olerá como huelen las cosas "made there".
Me renta hacer fotos aunque no salgan como yo quería.
Me renta echarme un cigar en la terraza mientras tecleo sin pensar demasiado y luego hacer clic en "Publicar".
Me renta saber que, de todas las personas que lean esto, alguna sonreirá. Y lo habrá hecho sin engaños, ni letra pequeña, ni rellenar formularios.
Sin impuestos indirectos no incluidos.
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