Las modas son cínicas.

Tengo esta camisa desde los 13 años. Por aquel entonces ya me interesaba la moda tanto como ahora: poquísimo.

Y si me interesa, es por su obsolescencia.

Conozco a un hombre que usó las mismas gafas desde los 70 hasta ahora. Por supuesto, hubo dos o tres décadas en las que fue un pardillo de gafas pasadas de moda. Luego durante un breve periodo fue un moderno, a la moda con las últimas tendencias. Ahora es normal.

Y yo, pues igual.

Incomodador.

Cada vez voy menos al cine. No es que esté contenta ni avergonzada de ello, simplemente cada vez es más caro y cada vez me gustan menos las pelis que ponen.

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Aquí está mi sobrino mayor. Ahora ya tiene casi seis años y es todo un paisanín.

Aunque todavía no se pregunta si su vida es como debería ser, si la está aprovechando. Si se está equivocando y debería estar haciendo otra cosa.

Medio miedo.

El Hombre Gato dijo una vez al ver esta foto: Qué suerte tiene, su correa es visible.

Ojalá mis correas lo fuesen. Puedo sentirlas, pero no sé dónde están.

Y es que estoy muy cuerda, pero a veces alrededor de mi cuello.