lunes, 30 de marzo de 2015
sábado, 28 de marzo de 2015
Mantener al alcance de los niños
A veces pienso en mis hipotéticos futuros hijos y me pregunto si sería capaz de no hacer de ellos un desastre.
Nuestras propias taras crean taras en nuestros hijos, más o menos soportables, que marcan su vida para siempre. Esas taras pasan de generación en generación y pueden impedir ser felices o estar en paz consigo mismos a toda una horda de humanos prolongada indefinidamente en el tiempo. ¡Menuda responsabilidad!
Pero antes de que pase todo eso, antes de deformarte y convertirte en un gusano humano, eres un niño. Si tienes suerte, crecerás rodeado de columpios, botes de nata montada, caramelos, abrazos, cuentos, balones y lápices de colores.
Lo bastante feliz como para convertirte en un adulto capaz de reconocer sus inevitables taras y limarlas, aunque sea un poquito.
jueves, 26 de marzo de 2015
Lo que pasó en realidad..
Pasen y vean! Ver este vídeo es como asomarse a mi ventana y cotillear mientras me pongo los calcetines.
Es algo que tenía ganas de hacer desde hace tiempo.
Los que sepáis de Photoshop, os podéis ahorrar lo de llamarme cutre, ya sé que hago las cosas manga por hombro.
miércoles, 25 de marzo de 2015
martes, 24 de marzo de 2015
Primavera 99%
Hace unas cuantas semanas, cuando sonó la última campanada y me comí la última gominola con sabor a uva, supe que este año la primavera vendría más luminosa que nunca.
Y ahora, aunque se esté retrasando, yo sé que ya viene. Aunque se haya colgado la barrita de cargar casi al final.
domingo, 22 de marzo de 2015
sábado, 21 de marzo de 2015
viernes, 20 de marzo de 2015
Eso sí que no
No la detuvieron sus comentarios misóginos, su descaro, ni la forma que tenía de mirarle el culo a todas las mujeres de la sala.
La detuvo el acto terrible de retirar la silla para que se sentara.
jueves, 19 de marzo de 2015
Espeluztacular
Un árbol con el tronco retorcido no será talado por ningún leñador.
Vivirá una vida larga y tranquila debido a su inutilidad.
miércoles, 18 de marzo de 2015
Retiro espiritual
Esta historia parece una película de Woody Allen sobre neuróticos neoyorkinos, porque casi todos los personajes que aparecen tienen psicoanalista.
Uno de ellos, el personaje principal, se siente bastante solo. Su psicoanalista le pregunta ¿qué haces para conocer gente nueva? y el personaje principal contesta: nada.
Un psicoanalista tiene el poder que uno le dé, pero si, al igual que el personaje principal de esta historia, alguien acude a consulta con cierta regularidad, acaba dándole a su psicoanalista el poder de hacerle sentir (en ocasiones) tan estúpido, que no queda más remedio que reaccionar ante la propia estupidez.
Como era de esperar, el personaje principal recibe nítidamente la bofetada psicológica que implica escuchar de su propia boca, por dentro, con la voz de uno mismo que solo uno mismo oye, que no está intentando hacer nada para solucionar su problema.
A continuación hace algo. Lo primero que se le ocurre, cualquier cosa. Nada sale como estaba previsto, pero el personaje principal disfruta de la compañía de los personajes secundarios y de los invitados especiales que van apareciendo.
El personaje principal no siente ya tanto la necesidad de pensar sobre lo vivido y sobre cómo se siente, ya que poco a poco esa necesidad se va transformando en ganas de vivir más cosas.
De estar solo en muchas partes y que le guste.
martes, 10 de marzo de 2015
Aquí no queda sitio para nadie
La perspectiva la da la distancia física o temporal.
Como todavía no tenemos máquinas del tiempo, voy a tener que montarme en un coche cualquiera para alejarme de la zona cero de esta catástrofe que es mi vida.
Así que mi cámara, mis múltiples personalidades y yo nos vamos.. pongamos que a Madrid.
lunes, 9 de marzo de 2015
Pronombres
Los matices de este idioma son tan afilados, que a veces variar una palabra perfora nuestro mundo.
Como cuando nosotros se convierte en yo.
O tú en él.
...
Lo siento por todo esto.
Te perdono por todo eso.
Gracias por todo aquello.
sábado, 7 de marzo de 2015
Shame on me
Creo que en ocasiones actúo como un imán porque de alguna manera atraigo a las personas.
Yo nunca tuve dirección, mis movimientos se definen más bien por el Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Sin embargo, la gente se acerca a mí en cuanto entra en mi radio de acción.
Me gusta cuando se acercan porque lo hacen con aceleración constante, pero luego chocan, chocan sin parar, porque yo no tengo dirección definida, solo deambulo imprevisiblemente dentro de mi esfera difusa.
Y ellos tampoco tienen dirección, solo se dejan guiar por su atracción hacia mí. Un vector que no apunta a ningún lado.
Yo ni siquiera me había planteado que esto ocurría.
Tampoco lo deseaba ni lo deseo ahora.
Pero recuerdo cómo era sentirse bien y quiero eso.
Solo eso, ni otra cosa, ni menos que eso.
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