Hipnosis - 3

-Digamos que no despertará de la hipnosis, pero no se preocupe, podrá seguir llevando una vida normal, solo que no volverá a tener ganas de fumar. Por un extra puedo configurar otras cosas, como que le apetezcan manzanas en lugar de hamburguesas, o que le guste el arte abstracto. Naturalmente, cuantos más cambios pida, más sesiones necesitaré. Si desea solamente dejar de fumar, suelo necesitar de una a cinco sesiones, dependiendo del grado de consciencia de cada uno, y mi tarifa es de 200 euros por cada sesión de una hora. ¿Tiene alguna pregunta?

Tiene MUCHAS preguntas. Por qué no había oído hablar de esto antes, por qué la gente no viene aquí en masa a solucionar sus problemas, por qué no ha oído de otros doctores que lo practiquen, y sobre todo, por qué anuncia dejar de fumar si se supone que puede conseguir casi cualquier cosa con esta técnica.

-Ninguna pregunta, adelante.

El doctor sonríe enseñando los dientes, se coloca las gafas y el flequillo y hace girar la butaca para alcanzar una caja de cerillas que está sobre la mesa, al lado del bote de pepinillos:

-¿Le importa que fume? ¡Ja, ja, ja! Es broma, es que soy la monda, si ve la cara que ha puesto... Solo es un mando a distancia.

Pulsa el botón en el reverso de la caja de cerillas y sobre la pared empiezan a aparecer unas imágenes. El doctor le coloca unos sensores en las sienes y en la palma de la mano:

-Usted relájese y observe las imágenes. Yo iré pronunciando algunas palabras mientras tanto, y controlando su estado a través de este monitor para determinar cuándo alcanza el trance. Le avisaré cuando se termine la sesión.

Las imágenes aparecen en la parte de abajo de la pantalla, se detienen un instante en el medio y seguidamente se deslizan hacia arriba. Antes de que la imagen llegue a desaparecer, una nueva asoma por abajo. La temática es variada: animales, coches, manualidades, recetas, arte, deporte, trucos para el hogar, pequeñas tiras cómicas, alguna frase motivacional. No parece haber mucha relación entre ellas, al igual que con las palabras que recita el doctor cada pocos segundos:

-Lmao, aporta o aparta, juegardo, de chill, cheto, cringe, noob, vaper, boomer, to guapo, bro...

Hipnosis - 2

Desbordado por la curiosidad, cumplimenta el formulario de solicitud de cita y sigue haciendo scroll.

Llega la tarde y, tras apurar el último pitillo, tira con convicción la colilla al suelo y el resto de la cajetilla a la papelera que hay junto al número 85 de la calle Matemático Pedrayes. Presiona el botón junto a la placa dorada que pone Dr. Milà, Hipnoterapia - Ático y espera.

La puerta se abre y sube por las escaleras de mármol. Entra luz natural por las ventanas y hay muchas plantas que seguramente cuida el personal de portería. "Me va a cobrar un pastón." Llega al primer piso jadeando y llama al ascensor.

Ya en el ático, la puerta está entreabierta, así que decide llamar con los nudillos. Nota cierto malestar en el estómago, que asocia con su incredulidad, y que desaparecería sin duda fumándose un cigarrillo.

El doctor Milà le pide que le acompañe por el pasillo lleno de diplomas y le ofrece asiento en un despacho con dos aparentemente cómodos sillones de cuero y una gran ventana con vistas al Naranco. Todavía se notan los estragos del incendio.

Es un tipo de lo más extraño. Lleva un chaleco y un corte de pelo demasiado infantiles para su edad, y no parece tener buenas habilidades sociales. Saca un pepinillo de un bote de cristal que tiene sobre la mesa y se lo mete entero en la boca, cierra el bote y lo guarda en el cajón.

-Me encantan los pepinillos, ¿sabe? Son muy buenos para la memoria. La gente dice que hay que comer nueces, pero en realidad son mejores los pepinillos -asegura el doctor, mientras se chupetea el jugo de los pepinillos del pulgar.

A continuación, se limpia las manos en la bata, carraspea y se sienta en el sillón de enfrente.

-Veamos, usted quiere dejar de fumar, ¿no? Verá, le explico cómo funciona esto. La realidad es que el estado de hipnosis y el de vigilia no son tan diferentes en el ser humano moderno. Normalmente los procesos de hipnoterapia fracasan porque el terapeuta le saca a usted del estado al que le induce una vez terminada la sesión. Lo que yo hago es, una vez alcanzado el trance hipnótico, reconfigurar su cerebro a lo largo de determinadas sesiones, y mantenerle en ese estado de hipnosis para siempre.

Hipnosis - 1

Este año ha dejado de fumar ya seis veces.

Odiando cada calada tanto como la necesita, hace scroll enfrente de la tele cual autómata, mientras se plantea intentar por última vez cumplir al menos uno de los propósitos del año que se termina.

"Es que ha sido un año muy duro... Hoy mismo pruebo esta saludable receta... En el trabajo estoy rodeado de imbéciles... ¿Qué clase de persona se compra calcetines con la cara de su gato? Otro año que no me voy de vacaciones... Todo el mundo está teniendo bebés y yo no tengo ni amigos..."

Se distrae de su fracaso dejando que cualquier imagen le invada los ojos, seguida del correspondiente pensamiento que le invade la mente, cuando le aparece un anuncio:

DEJE DE FUMAR SIN ESFUERZO

Deje de fumar en dos semanas con el Doctor Milà. Resultados garantizados. Si vuelve a fumar en menos de 6 meses, le devolvemos el dinero. C/ Matemático Pedrayes, 85, ático.

"Seguro que es una estafa. Suena a estafa. Aunque no pasaría nada por acercarme y preguntar... Ay qué monos son los corgis, ja, ja... Quiero un perro pero dan mucho trabajo... ¿Vuelve a estar de viaje? Pero ¿de dónde saca el dinero? Si cobra lo mismo que yo... Si empiezo a hacer estos ejercicios cada mañana, el verano que viene estaré cachas..."

A la mañana siguiente, está fumándose el tercer cigarrillo cuando levanta la vista del móvil para comprobar que el autobús sigue llegando tarde y se fija en el cartel de la marquesina:

DEJE DE FUMAR SIN ESFUERZO

"Pues sí que les va bien, estos carteles cuestan dinero... Siempre igual con el autobús, con lo caro que es y lo que tarda, al menos podía llegar a la hora... Aquí llega la persona que huele mal, menuda falta de respeto no mantener unos mínimos de higiene cuando se va a compartir espacio con otras personas... Que yo no me ducho a diario, pero hay un límite... Me da tiempo a fumarme otro antes de que llegue..."

Se monta en el autobús envuelto en humo y trata de comprobar si hay algún asiento libre que no tenga a nadie desagradable al lado, evitando mantener contacto visual con el resto de los viajeros. Se sienta cerca de dos adolescentes y saca el móvil. Ahí está otra vez:

DEJE DE FUMAR SIN ESFUERZO